HERENCIA DE LOS GRUPOS SANGUINEOS

La aparición de estas proteínas en la superficie de los glóbulos rojos se debe a la información genética que cada persona lleva en sus ADN y, por lo tanto, se hereda. La herencia de los grupos sanguíneos se debe a un alelismo múltiple en el que participan más de dos alelos para un determinado locus. La serie alélica que determina los grupos sanguíneos está determianda por tres genes: A, B y O. Los genes A y B son codominantes y el O es recesivo (A = B > O). Si además tenemos en cuenta lo comentado anteriormente para el factor Rh podemos observar los genotipos y fenotipos posibles



Patólogo austriaco. Karl Landsteiner descubre la existencia de distintos grupos sanguíneos, lo que permite explicar las causas de la incompatibilidad y prevenir sus fatales consecuencias. En 1901, en el Instituto de Patología de Viena, toma muestras de sangre de 22 individuos y analiza el resultado de sus combinaciones. A partir de la presencia o ausencia de antígenos, concluye que hay tres tipos de glóbulos rojos, el A, el B y el O. El grupo A posee el antígeno A y el anticuerpo anti-B. El grupo B, el antígeno B y el anticuerpo anti-A. El grupo O carece de ambos antígenos pero tiene anticuerpos anti-A y anti-B.
 Landsteiner, Alfredo de Castello y Adriano Sturli, utilizan los mismos parámetros de clasificación y agregan un cuarto grupo, el grupo AB, que cuenta con los dos antígenos y ningún anticuerpo. Desde entonces sabemos con claridad cuál es la relación adecuada entre donantes y receptores de sangre. En primer lugar, las personas de un mismo grupo son compatibles.
En 1940 junto con Alexander Salomon Wiener descubre otro antígeno en los hematíes al que bautiza como factor Rh, al haberse hallado en el suero de conejos inmunizados con sangre procedente de un mono de la India, el Macacus Rhesus.